Incluimos en este artículo una de los apartados de nuestra guía para crear empresas dentro de la responsabilidad social de la empresa que junto el análisis del balance social es la ética de los negocios
Si bien está comprobado la influencia que tiene el entorno sobre la empresa, también es cierto que la empresa moderna a medida que ha ido desarrollándose, se ha convertido en una fuente de poder e influencia sobre el medio en el que se desenvuelve.
El concepto de responsabilidad social de la empresa se refiere a que ésta debe considerar, además de los efectos económicos, los efectos sociales que generan sus decisiones y actuaciones.
En los últimos tiempos se está incrementando la presión de la sociedad sobre las empresas para que presten mayor atención a las cuestiones sociales y medioambientales y adopten unas actitudes más éticas en sus comportamientos y no olvidemos que con la pandemia actual por la crisis del provocada por el coronavirus aún será mayor el valor que se le de a las empresas que respeten el medio ambiente en su producción o que sus canales de distribución cumplan con una normas sanitarias adecuadas
Las razones de tipo práctico que explican la creciente importancia que se le da a la ética en la actualidad pueden ser las siguientes:
- a) La proliferación de las malas prácticas empresariales que remueven a la opinión pública tales como la utilización privilegiada de información, la ingeniería financiera, los sobornos…
- b) La excesiva juridificación de la empresa, la proliferación de normas jurídicas que no son suficientes para regular el adecuado funcionamiento de la empresa y, a la vez, la aceptación general de que el derecho es caro, lento y en muchos casos insuficiente. Frente a ello, la ética puede ser un medio para solucionar conflictos, complementario del derecho.
La ética es rentable para la empresa puesto que aumenta la eficiencia de sus sistemas directivos, reduce costes de coordinación internos y externos a la empresa y es un factor de innovación y de diferenciación.
El sistema de economía de mercado impulsa al empresario particular a minimizar sus costes de producción para resultar competitivo. Esto supone en ciertos casos, trasladar a la comunidad parte de los costes de producción, los llamados costes sociales, en lugar de asumirlos personalmente.
Entre los principales costes sociales se podrían destacar:
- Contaminación del aire y del agua.
- Modificación del equilibrio ecológico.
- Agotamiento de recursos no sustituibles.
- Enfermedades laborales.
- Desempleo.
En los países más desarrollados, los respectivos gobiernos van introduciendo legislaciones para intentar paliar estos costes sociales, pero normalmente las leyes no pueden cubrir todos los aspectos y se elaboran con un cierto retraso respecto a la extensión de los problemas que se pretenden solucionar. Por ello, los movimientos sociales y sanitarios exijan a las empresas, en muchas ocasiones que se enfrenten a los problemas sociales y medioambientales que generen, aunque ello suponga disminuir su capacidad de obtener beneficios a corto plazo pero que influirán positivamente en su rentabilidad a largo plazo.
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